Casa De Shin

Kami, ella si que sabía como ponerlo más que nervioso, retrocedió otro paso alejándose de su mano y de ella, mejor así, de otro modo, capaz de que hacía otra cosa impulsiva y loca como... como... recordó el beso en la cascada y se sonrojó todavía más.

-Yo... yo... estoy perfectamente bien- contestó apresuradamente, tartamudeando de nuevo sin poder evitarlo.

Pasó saliva con dificultad, kami ¿Qué demonios planeaba Kumiko haciendo esas coaras y gestos? retrocedió otro par de pasos sintiendo que chocaba contra la pared del pasillo del recibidor, genial, además, ahora estaba atrapado.

-De-desde luego que no lo es, además, ya dije... estoy muy bien- contestó, casi como autómata, se debía de ver bastante patético portándose de ese modo.

-No estoy nervioso- replicó, aunque en realidad estaba mintiendo porque estaba bastante nervioso y cada vez más -Tampoco estoy enfermo, estoy perfectamente bien- agregó, pegándose más a la pared, haciendo más que obvio el hecho de que no podía escapar de ahí.

(Pri, me voy a mi casa al rato te veo)

Abrió los ojos como de a platos ante semejante acto total y completamente inesperado por parte de Kumiko, sintiendo que se sonrojaba todavía más, por mero instinto quiso retroceder y terminó pegándose más a la pared, casi como si de una calcomania se tratase. Bajó la mirada hacia el rostro de su Sacrifice, pensando en la razón por la cual alguien con un rostro tan inocente y lindo como ese podría ponerlo en tal estado, luego analizó las palabras de la chica, bueno... si estaba aburrida y quería diversión, él, como buen figther que pretendía ser debía de alejar ese feo sentimiento que era la aburrición de ella.

-Vale, pero conste que tu lo pediste- contestó igual en un tono inocente, solo que él no lo estaba fingiendo.

Después simplemente se inclinó y junto sus labios con los de Kumiko en un beso, no tan casto como el que ella le había dado, uno de verdad.

Vaya, Kumiko si que no dejaba de sorprenderlo, porque no había esperado que ella le correspondiera el beso pero, aquello realmente estaba pasando, la beso más intensamente entonces, sin encontrar una razón lo suficientemente buena como para detenerse o simplemente era más bien que no le encontraba un justificante a que le gustara tanto estar de ese modo con ella, besándola de ese modo cada vez menos inocente de lo que de por si ya era...